En esta ocasión quisimos probar suerte de día pero para ello nos tuvimos que dar un madrugón para que las cañas estuvieran echadas en el agua antes del alba. En esta vez llevaba 3 tipos de cebos: americanas, catalana y muergo.

Decidí poner las cañas con americana. Al rato de estar la cañas lanzadas, una de ellas se había destensado un poco. Me dispongo a recogerla, así ya podía ver como andaba la cosa de ruame. Doy unas vueltas al carrete y parecía como si hubiera enganchado en el fondo. Al tener un hilo fino montado no me fiaba de dar un golpe en seco, así que me puse a levantar con cuidado hasta que por fin pude sacarla, creía que podía ser que la pesa hubiera estado enterrada pero al seguir recogiendo notaba mucho peso. Me temía que pudiera ser un pez guitarra pues por la zona se han dado algunos y tenía todos los síntomas: mucho peso, enterramiento de sus aletas de vez en cuando y carreras muy fuertes cuando se veía en poco agua. Sus carreras eran impresionantes y tuve que llevar al límite los hilos si quería poder ponerlo en la arena. Una vez traído hacia la orilla es donde más cuidado hay que tener, y sobre todo, tener bien graduado el freno del carrete porque cuando metemos la cola de rata solemos apretarlo algo más y hay que tener cuidado con ello pues si el pez tira con fuerza conseguirá sacar hilo y el problema viene cuando salga el nudo del puente porque si está más cerrado de la cuenta el carrete partiremos. Ya en la orilla con mucho cuidado y ayudándome de las pocas y pequeñas pude verlo, efectivamente se trataba de un pez guitarra.

Nunca había cogido este tipo de pez y ante el poco conocimiento sobre él me dispuse a sacarlo con la ayuda del cañero, metiéndoselo por debajo para levantarlo y sacarlo. Una vez fuera observé que el anzuelo estaba muy metido dentro, así que corté el hilo lo más pegado que pude. Tras hacerme unas fotos con él me percaté que lo podía haber sacarlo cogiéndolo por la cola, pero bueno otra vez será. Lo cogí y lo metí en el mar para que se reanimase y al poco tiempo ya dispuso su marcha, eso sí, con un "piercing". El combate me había dejado con los brazos muy cansados, pues a lo tonto, había sido 30 minutos de pura lucha en la que perdía el que antes se cansara.

El sol ya había salido completamente y no se presenciaba ninguna picada más. No fue hasta cerca del medio día cuando la misma caña hacía movimientos raros. Cabeceaba hacia delante pero no sacaba hilo, cosa que me escamaba pues podía tratarse de otro ejemplar de pez guitarra. Cogí la caña e hice la misma operación: unas recogidas de carrete y luego intentar levantar la pieza. Esta vez notaba fuerza pura al otro lado de la línea en vez de peso muerto pero hasta que no vi el chapoteo del pez no dije a mi padre que empezara a grabar porque otra batalla más larga y podía dejar la batería de la cámara muy baja de carga. Cuando vi el chapoteo observé una cola y me fije que se trataba de una dorada muy guerrera que no quiso dar señales de tal especie pues solo empezó a dar sus típicos cabezazos cuando llegó al rebalaje. Presencie que no era tan grande para la fuerza que tenía, que sería nuevamente una pequeña dorada (zapatilla). Había llegado muy viva y con mucha fuerza y no tenía ganas de salir. Atrás mía todo el que pasaba por la orilla andando se paraba para presenciar su captura. La dorada nadaba de un lado para otro intentándose liberar pero con paciencia y ayudándome de nuevo de las pocas olas, en un par de ellas la pude sacar. Lo más bonito fue cuando el marido de un matrimonio que había estando presenciando la batalla empezó dijo: "¡bien trabajado, esto se merece un aplauso!", y tras sus aplausos respondieron aplaudiendo otros espectadores...

La mañana había empezado bien y las americanas estaban haciendo efecto. Entonces viendo que la cosa se animaba me dispuse a poner una gusana catalana en la otra caña para ver como se portaba pues no había presencia de ruame. La ensarte con cuidado y la coloqué en un anzuelo del nº 2 de ojal y una gameta del 0.26 mm despacio. La presentación había sido perfecta así que solo quedaba que el lance fuera igual de bueno. La coloqué en la caña que montaba el nuevo carrete que me compre, el Shimano Ultegra Ci4+ 14000 XSB. Me dispuse ha realizar un lance a la media vuelta (OTG) y me salió un lance perfecto, sacando muchos metros. no se si será por el carrete o el cebo que pesa menos, lo cierto fue que saqué muchos metros. En cuestión de 1 hora estábamos sentado en las sillas bajo la sombrilla cuando observé que esa misma caña estaba muy arqueada y sacando hilo como una locomotora. Fue coger la caña y ver como se había ido el pez hacia la derecha, así que de nuevo me temía lo peor pues daba unas carreras muy largas, síntoma de mantas o pez guitarra como ya saqué antes. Tras un rato de lucha la pude traer cerca y no presencie ningún chapoteo, así que seguramente era otro pez guitarra. Entonces le dije a mi padre que se dispusiera a grabar algo de la lucha. La pude acerca más y ya vi claramente sus aletas superiores y esta vez era un pez guitarra mucho mayor. Tras un rato de rifirrafe, como la iba a soltar, la susodicha no tenía ganas de salir y un par de observadores no paraban de adentrase en el agua para verla pero complicándome su captura pues al ver las piernas, daba media vuelta y se iba para dentro, pues me dispuse a cerrar el carrete una vez metido el puente e intentar sacarla poco a poco. Lentamente la iba acercando pero al intentar de cogerlo por la cola de frente el pez obviamente se asustó y en uno de los cabezazos partió la gameta. Me hubiera gustado fotografiarme junto a esta gran guitarra y el nuevo carrete, en fin, por lo menos me había dado una buena lucha. Volví a poner nuevamente otra gusana catalana y lancé.

Justo antes de comer cambió el viento a poniente, cosa que no me gustaba porque si estaba mucho tiempo así ensuciaría el agua y podía arrastrar algas, cosa que así fue, pero bueno, había que amoldarse a la situación. Efectué los lances lo mejor que puede para que el cebo llegara a la zona de agua más lejos, pues así estaría algo más clara. A la hora de comer me dispuse a recoger una de las cañas cuando ya cerca vi como traía una pequeña zapatilla, venía algo tragada pero se veía el anzuelo y pensé que podía liberarla, pero al desanzuelarla traía consigo una especie de tripa y murió en segundos, una lástima... Durante la tarde no se quiso dar nada mas, solo algunos roncadores y una mojarra que fueron devueltos. Curioso fue que saqué un roncador pero con la cabeza muy destrozada, cosa que me escamó de que pudiera haber chovas. Al rato la misma caña estaba muy curvada y me acerqué rápido y estaba sacando hilo. A la cosa de estar como 30 segundos sacando hilo de repente cesó la fuerza, recogí y venía la gameta cortada. Volví a lanzar y al rato el hilo se quedó flojo y cuando recogí vi como la cola de rata estaba cortada, signos evidentes de que alguna chova deambulaba.

La tarde se venía encima y ningún pez quería dar la cara así que dimos por finalizada la pesquera.