Este día no me podía imaginar lo que se avecinaba. Como de costumbre en esta fecha tras la búsqueda de la lubina llevaba sepia muy fresca. Llegué al pesquero con el tiempo justo para echar las cañas y ponerme a comer después de que pasara un tiempo. Fue echar las cañas y en una que había lanzado un poco más lejos, pero con un 0,35mm de línea madre y un anzuelo del 2/0 para ver si tentaba algún sargo algo más lejos, notaba leves picadas en la puntera. Le dije a mi padre que cogiera la cámara para grabar, aunque seguramente sería un pequeña baila pues las picadas no eran muy fuerte y el hilo no estaba muy destensado. Nos pusimos a grabar la puntera de la caña para ver si daba una buena picada y podía estar grabada pero al poco tiempo de estar grabando el hilo empezó a irse bastante hacia la izquierda, entonces me puse a trabaja lo que fuera. Fue desanclar el plomo de grapas y empezar a irse con mayor fuerza, aunque no se notaba la presencia de ningún pez, simplemente peso por lo que llegué a pensar que podía ser que hubiera algas por el oleaje y con la corriente de fuera el hilo. Mientras tanto seguía recogiendo sedal mientras andaba hacia la izquierda. Ya estaba lo que fuera cerca del rompiente pero fue ahí cuando me di cuenta que se trataba de un pez pues empezó a ofrecer bastante resistencia y en una de las olas, se presenciaba una lubina. Se encogió la ola y me dejó la lubina al borde mientras se preparaba otra buena ola para romper, entonces observe que se trataba de una buena lubina. Fue romper la ola y correr yo hacia detrás para alejarla del agua pero empezó a dar saltos intentando soltarse del anzuelo para buscar la libertad. Ese día no me había puesto las botas de agua pero tuve que meterme para aguantarla y que no se volviera a ir con la ola. Se trataba de una preciosa lubina que pasaba de los 4 kilos de peso. Fue raro que para el tamaño tan bueno que tenía no hubiera ofrecido una mayor lucha pero en fin, ya la tenía en mis manos semejante pieza. Le saqué con cuidado el anzuelo que no estaba muy dañado y bajé la tira de sepia hacia el anzuelo que también estaba en buen estado y volví a lanzar por si venía la pareja. Ver el vídeo.



Comimos y no se dieron más capturas fue hasta la hora de merendar cuando otra caña estaba destensada un poco, se volvió a tensar y volvió a destensarse. Esta caña estaba lanzada un poco más cerca que la anterior con un buen anzuelo, un 5/0. Pensé que podía tratarse de una lubina pero esta vez no fue así, fue un buen sargo de 1,100 kilos. Ver el vídeo.
Parece mentira pero las piezas habían sido pescadas del revés pues en la caña que estaba más cortita con un anzuelo de mayor volumen (5/0) había entrado el sargo que no tiene tanta boca para semejante anzuelo y la lubina que tenía una boca tremenda se había clavado en el labio con un 2/0, que aunque es un buen anzuelo, se notaba ridículo en semejante boca.
Justo al atardecer se dio una baila que, aunque pasaba claramente la talla mínima, fue devuelta al mar pues estaba muy gorda y tendría unas huevas buenas, así que fue devuelta para ver si criaba. Durante la noche entraron 2 bailas más que también fueron devueltas y justo antes de recoger 2 sargos que también fueron devueltos, uno de unos 350gr y otro de 450. Todos estos últimos ejemplares fueron devueltos al mar pues se había empezado el día con buen muy buen pie y el listón estaba muy alto.
Como ya estaba entrando peces de pequeño tamaño, el sueño hacía mella y el día estaba salvado, pusimos rumbo a casa.